30/8/08

De la cartita 78

Leni Riefenstahl, de Steven Bach. Es imposible no tomar partido a favor o en contra de este personaje fascinante, actriz, fotógrafa, cineasta de inconmensurable ambición y tenacidad física, cuyas obras El triunfo de la voluntad y Olympia forjaron y plasmaron a la perfección la turbadora estética nazi, a la vez que son hitos cinematográficos y prodigios técnicos. S.B. no es una excepción y su retrato de Riefenstahl es el de una mujer egocéntrica, sin escrúpulos y hasta estúpida. 455 pp. € 29.00
Planeta azul, de Jeannette Winterson. Billie Crusoe es una empleada del Servicio de Mejoras en un mundo deteriorado por las guerras, la contaminación y el calentamiento global y gobernado por una empresa corporativa, con seres genéticamente intervenidos y robots para las tareas menores. Billie Crusoe es un joven marino abandonado por su tripulación en una desértica Isla de Pascua. Billie Crusoe es una técnica que participa en la elaboración de la primera Robo Sapiens, durante la tercera posguerra... Un inteligente puzzle de cuatro piezas que encajan milagrosamente, saltando entre el futuro y el pasado (¡ah!, pero ¿qué significan estos términos?), con referencias literarias y debates filosóficos sobre lo Divino y lo Humano, las Emociones y el Amor y por el medio, de vez en cuando, unas cuantas páginas cargadas de tanta belleza como para echarse a llorar. J.W., la maga contadora de historias, en estado puro. 316 pp. € 19.90

29/8/08

De las cartitas 76 y 77

Masculinidad femenina, de Judith Halberstam. Un clásico de los estudios queer: un “itinerario apasionante por las diferentes formas de masculinidad que han sido desarrolladas por las mujeres en los últimos tres siglos; desde las mujeres que vivían haciéndose pasar por hombres en los siglos xviii y xix, hasta las nuevas culturas actuales transgéneros, drag kings, transexuales masculinos, pasando por el estudio de importantes subculturas lesbianas como la cultura butch-femme, y el análisis de la masculinidad femenina en el cine,,, [que] H. reinterpreta con gran rigor histórico [revelándonos] que los géneros y las sexualidades son mucho más complejos y diversos de lo que supone el sistema heterocentrado en que vivimos.” Esforzada traducción de Javier Sáez. 327 pp. € 23.95

Lesbianas (Discursos y representaciones), de Raquel Platero (coord.). Quiere ser una instantánea de un momento histórico de este país, "de grandes cambios sociales y legislativos", averiguar qué dicen las lesbianas sobre sí mismas y qué dicen los demás (p.ej. los medios de comunicación). Lo hace a través de "un conjunto de miradas heterogéneas sobre las vidas, experiencias y discursos" de quienes "se manifiestan o son señaladas como lesbianas... en un periodo comprendido entre el franquismo y la época actual." Juliano, Osborne, Pineda, Trujillo, Platero, Simonis, Norandi... sobre historia, folclóricas, lesbianas mayores, la relación con el feminismo, pornografía en Internet, representaciones a través de la literatura. Buen trabajo. 384 pp. € 20.00

Perder para ganar, de Montse Barderi. Es ésta una peculiar bitácora de cómo, a lo largo de tres años, M.B. se dejó la adicción al tabaco, las relaciones amorosas malsanas y treinta y cinco kilos de sobrepeso. Ahora bien, es un libro en las antípodas del manual de autoayuda (aunque algún que otro consejo práctico trae), ni en la forma (una prosa singulamente rica y precisa), ni en el contenido: una apuesta por "la libertad, la responsabilidad, la dignidad personal y el esfuerzo". Confucio, Marguerite Yourcenar, Nietzsche, Lao Tse, San Juan de la Cruz... son los compañeros de este viaje que "cruza los mares del yo para llegar a la tierra de los otros." 330 pp. € 17.00

26/8/08

Sobre Reyes y Reyezuelos

Como respuesta al articulo de Javier Marias del sabado pasado (http://www.elpais.com/ articulo/ semana/absurda/ aventura/ 20080823 elpbabese_10/Tes) envío esta carta a El País. Puesto que albergo fundadas sospechas de que no la vayan a publicar, la reproduzco aquí, para vuestro deleite, o así espero.
A pesar de los más de treinta años que llevo viviendo en este país, hay cosas que nunca comprenderé. El estado intocable del Rey es una de ellas: que poner en tela de juicio la figura de Don Juan Carlos sea mayor delito que hacerlo con cualquier otra persona. Ahora bien, lo puedo atribuir a una idiosincrasia nacional —parecida a la corrida de toros— contra la que, en un ataque de relativismo antropológico, me abstengo de opinar.
Otra cosa, en cambio, es la inmunidad de ciertos Reyezuelos. Cuando el señor Marías suelta sus iracundas y parciales diatribas contra la flexibilidad del idioma castellano, cualquier voz disidente de mis amigas lingüistas feministas es acallada. Ahora el señor Marías —siguiendo sin duda la invitación de este su periódico; pero este sería otro tema— dedica una página a autoelogiar su proyecto editorial tan, ¡ah!, tan marginal, soñador, aventurero y alejado del sucio lucro.
Resulta que, además de alemana, soy librera, desde hace treinta años, librera de empresas pequeñas que podrían calificarse de soñadoras, aventureras, etc. Conozco la iniciativa del señor Marías y la alabo. Conozco, empero, también los proyectos de los cultísimos integrantes de la editorial Pre-Textos, de las personas responsables de Minúscula, Libros del Asteroide y de Melusina, de mis amigos de Nadir y de Ediciones del Oriente y del Mediterráneo, entre muchas otras. Sé a ciencia cierta que no les mueve el sucio lucro, que editan con tiento y amor, que se juegan herencias, sueldos de funcionario y hasta la subsistencia. Que los suplementos de los periódicos (incluido Babelia) les hacen un caso errático y que ahí siguen, con esforzadas y puntualmente remuneradas traducciones y bellas ediciones, que no piden favores y, si son favorecidos, es por su propio mérito.
Menos lobos, pues, señor Marías, que son muchos quienes se posicionan en un lugar distinto al de la multinacional voraz y descuidada en esta aventura de las editoriales. Que son tan, al menos tan elogiables como su propio proyecto.